En plena pandemia: llegó de Miami, fue a un cumpleaños, contagió a 20 personas, murió su abuelo y firmó una probation

Fue un caso testigo en plena pandemia de Covid-19. Eric Torales llegó de un viaje por los Estados Unidos el 13 de marzo de 2020. Un día después, cuando ya estaba vigente el aislamiento obligatorio para las personas que regresaban de viaje desde países considerados de riesgo, fue a la fiesta de 15 de su prima. Contagió a 20 personas, entre ellas a su abuelo, que murió. Tres años y medio después, el joven firmó una probation: deberá entregar insumos al Hospital Zonal Mariano y Luciano de la Vega de Moreno por un valor de 100.000 pesos y cumplir una serie de pautas de conducta.

Así lo resolvió el juez en lo Correccional N° 1 de Moreno, Mariano Almanza, al homologar el acuerdo de suspensión de prueba, instituto jurídico conocido como probation, al que habían llegado el fiscal de Morno Raúl Villalba y la defensa de Torales, encabezada por la abogada Silvia Campione.

Torales, que en marzo de 2020 tenía 24 años, “deberá hacer entregar de insumos al citado hospital en cinco cuotas de 20.000 pesos, deberá fijar residencia, someterse al cuidado del Patronato de Liberados de la Delegación que corresponda a su domicilio, por el término de un año y comparecer toda vez que sea citado ante la autoridad que lo requiera con relación a esta causa”, sostuvo el juez Almanza en el fallo, al que tuvo acceso LA NACION.

“Creo que es una resolución que se ajusta a la calificación legal. Más, teniendo en cuenta el distinto impacto institucional que tuvo el caso que protagonizó el presidente Alberto Fernández, que violó la propia normativa que él mismo dictó en la denominada Fiesta de Olivos. Además, el joven Torales trabaja en el sector privado, no es un funcionario público”, afirmó a LA NACION el abogado y exjuez Guillermo Tiscornia, que defendió a Torales cuando se inició la investigación en el fuero federal,

En mayo de 2020, Torales fue procesado por el juez federal de Morón Néstor Barral (hoy integrante de la Cámara Federal de San Martín).

“La actitud adoptada por Torales al concurrir a la fiesta de cumpleaños de 15 de su prima, a la que fueron más de 100 personas, cuando existía una norma que lo obligaba a estar aislado y no tener contacto con otros individuos, no deja dudas de que propagó la enfermedad que posteriormente se le diagnosticó”, había sostenido Barral en su fallo, donde procesó al joven por ser “responsable del delito de propagación de enfermedad peligrosa y contagiosa culposa agravada por el resultado enfermedad y muerte”, que tiene una pena prevista de hasta cinco años de cárcel.

El caso

Torales llegó de Estados Unidos el 13 de marzo pasado, cuando ya estaba vigente el aislamiento obligatorio para las personas que regresaban de viaje desde países considerados de riesgo de Covid-19. Un día después fue la fiesta, que se realizó en el salón Alma de Hornero, de Moreno; 48 horas después fue internado en una clínica de Belgrano con síntomas de coronavirus. Finalmente el estudio dio positivo.

“El accionar desplegado por Torales fue el único desencadenante de la propagación del virus Covid-19 ocasionando, cuanto menos, el contagio de 20 personas”, había sostenido el fiscal federal de Morón Santiago Marquevich.

La causa comenzó después de una denuncia presentada ante la Justicia por la intendenta de Moreno, Mariel Fernández, al tomar conocimiento que vecinos del distrito estaban internados por Covid-19 después de haber ido a una fiesta de 15. Uno de los enfermos era Luis Suárez, abuelo de Torales y de la joven que festejaba los 15.

“En efecto, Torales logró que varias personas se vean afectadas por una enfermedad, que pudo seguir difundiéndose a otras”, explicó Barral en su resolución.

“No existe objeción alguna para afirmar que el imputado violó de manera imprudente las disposiciones que se encontraban vigentes (el aislamiento obligatorio). Tuvo la posibilidad de evitar el riesgo de propagar una enfermedad sobre la cual se habían emitido decisiones para tratar que no ocurra una crisis sanitaria y social incontrolable, pero siguió adelante y concurrió a una reunión, representándose el resultado, pero confiando en que no iba a ocurrir”, afirmó el juez, al fundamentar el procesamiento de Torales.

Y agregó: “Concurrió a la fiesta de cumpleaños, creando un peligro con su comportamiento, que se simbolizó en la propagación y rápida circulación de contagio del virus”.

Durante su indagatoria, Torales se negó a declarar y se remitió a un escrito presentado por su abogado Tirscornia, donde explicó que había decidido ir a la fiesta porque tenía significado afectivo muy especial conforme las “costumbres argentinas” y porque constituía algo “único e irrepetible”.

“Nunca, jamás, hubiese imaginado que podría resultar ser portador del virus, y menos podría decirse que tuve la menor intención de contagiar absolutamente a nadie y menos a personas que forman parte de mi entorno familiar”, se afirmó en el escrito presentado por Tirscornia. Los síntomas de Covid-19 los empezó a tener 48 horas después de la fiesta.

Si bien contagió a varias y provocó la muerte de su abuelo, para Barral no hubo intención en el accionar de Torales y por eso calificó el hecho como culposo y no doloso.

“No hay dudas de que Torales se representó el resultado que finalmente ocurrió. Prueba de ello son las imágenes del imputado en el aeropuerto, el día que regresó del exterior, donde se lo observa con barbijo. Además, algunos de los testimonios recolectados en el expediente, explicaron que el día de la fiesta Torales los saludaba de lejos porque decía que había estado en el exterior. Dicha situación no alcanza para tener por probado el dolo, ya que este está compuesto no solo por el elemento cognitivo (conocimiento de los elementos del tipo objetivo), sino también por la voluntad (querer realizar el delito)”, explicó el juez en la resolución.