En Benavídez: Espíritu relajado en una casa pensada para instalarse de forma definitiva en las afueras de la ciudad
Una pareja de creativos le dio forma y contenido a su nuevo hogar con las dosis justas de color, piedra y madera.
La unión de sus pasiones resultó en la casa con la que siempre soñaron: Luján Gagliolo –diseñadora de interiores y creadora de Lolo & Co– y Facundo Urien (carpintero al frente de su propio taller) pensaron y ejecutaron cada detalle de la vivienda a la que se mudaron junto a sus dos pequeños hijos, Indalecio y Timoteo.
"Los dos teníamos una imagen clarísima de lo que queríamos y estuvimos sumamente involucrados en la obra. Implicó un ejercicio creativo en la resolución de problemas que disfrutamos mucho"
Luján Gagliolo, dueña de casa y diseñadora de interiores
Después de vivir toda su vida en la Ciudad de Buenos Aires, la familia se mudó a Tigre y, como inversión, compraron un terreno en un barrio cerrado de Benavídez, aunque la construcción de la casa propia todavía se veía lejana. Pero durante la pandemia el sueño cobró velocidad. Junto al arquitecto Juan Rodríguez de la Torre, del estudio ART Arquitectos, delinearon un proyecto que, con solo verlo, remite al descanso. Tras un año de obra, la familia se instaló de forma definitiva allí.
“Queríamos ambientes sociales conectados, pero nada de ver la cocina al entrar. Por eso, planteamos un recibidor con peso propio como primera instancia de la casa”
Una planta baja polifuncional
Desde el comienzo, estuvieron seguros de que les resultaría más agradable y práctico tener los dormitorios en la planta baja, en donde también están los espacios sociales. Además de pensar esa disposición para evitar el uso intensivo de las escaleras, sobre todo mientras los chicos son pequeños, buscaron una mayor frescura en los ambientes de descanso.
“El del living fue el mueble que nos resultó más difícil de imaginar. Pasamos por varias opciones antes de llegar a esta, de MDF con bordes redondeados para lograr el efecto mampostería, en sintonía con el resto de la casa”, cuenta Luján sobre la biblioteca-mueble de TV que crearon en conjunto. Las larguísimas cortinas, colgadas en rieles embutidos, cierran visualmente cada ambiente.
Este módulo es multifunción: desde el ingreso, resguarda la privacidad; hacia el living, contiene un nicho que simula un hogar.
El comedor contiguo
Una enorme abertura de PVC símil madera crea un cuadro natural en el comedor, que cobra categoría de espacio único cerrando las cortinas o los paneles que lo comunican con la cocina.
Una dosis justa de color
“La cocina no iba a tener color. A último momento cambiamos de opinión, para que no quedara toda la casa de madera. Hicimos mezclas y pruebas de seis colores hasta llegar a este verde malva con el que estamos encantados”
“Nos gusta pensar que el proyecto no está ciento por ciento terminado, que podemos cambiar detalles, colores o muebles cuando queramos”, cuentan.
“Facu confía en mi criterio estético; yo, en su visión funcional. Fuimos un buen equipo al momento de tomar decisiones, lo disfrutamos mucho”, cuenta Luján.
Superficies con personalidad
“Para nuestro cuarto queríamos seguir con la onda relajada del resto de la casa, y un poco más, en lo posible. Lo logramos con el mobiliario de madera, los textiles y el mural botánico que toma pared completa”, cuenta Luján.
“Al hacer nosotros los muebles, nos animamos a elegir algo un poco diferente. Si no nos gusta o queremos otra cosa, los cambiamos”, cuenta la dueña de casa.
El espacio generoso de la habitación infantil permite la doble función: tiene los sectores de descanso y de juego integrados.
Usos ocasionales
Con menor cantidad de metros cuadrados cubiertos por los balcones y retiros de frente, en la planta alta se se ubican el escritorio, un cuarto de huéspedes y un salón que funciona como el showroom de Lolo & Co.
Un quincho que se expande
"A medida que avanzaba la obra, empezamos a sentir que la casa era demasiado grande en relación al terreno. Como no queríamos más cemento, decidimos hacer la galería abierta sobre postes."
El revestimiento elegido para la parrilla dialoga con la fachada: aquí también eligieron piedra voladura ‘Mar del Plata’ (90% blanca, 10% ocre).
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