Planear un menú exquisito para compartir la cena más especial del año. Poner el mejor mantel, pensar la iluminación y vestirse de luces. Que la música, la charla y los buenos deseos reinen en el casa hasta que llegue la medianoche, y después también. A continuación, algunas sugerencias para sorprender a los invitados con una mesa tan sofisticada como íntima, bien a la altura de la ocasión.
La luz crea el clima
Los colores oscuros envuelven en un clima íntimo y teatral. Hoy todo se combinó con el tapizado de las sillas, confortables para disfrutar de la sucesión de platos y una interesante sobremesa
Flores frescas y más
Una vara de orquídeas: la naturaleza haciendo gala de uno de sus más preciosos diseños. Valorados por el delicado trabajo que llevan, aquí los origamis se trataron como lúdicos caireles.
El mantel en tonos oscuros es elegante y destaca aún más la vajilla y el brillo de los cubiertos
Mantelería y vajilla, buenas elecciones
Vestida de lino gris plomo, la mesa brilla con sus propios accesorios. Cerca de cada plato, sal y pimienta en recipientes de cristal. La fuente respeta los plateados y se asocia a las flores con su forma de hoja.
Las figuras en origami que se colgaron como caireles, se repiten sobre los platos. Los presentes para cada invitado siempre son bien recibidos, sobre todo si son originales y artesanales
El afecto en los detalles
Somos pocos. Entonces, hoy las copas de cristal tallado son iguales. Lo mismo vale para la vajilla y los cubiertos labrados con mango de nácar. El origami sobre cada plato lo realza con su color y significa otro regalo, otro cuidado gesto de afecto para cada amigo.
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