En la intimidad de una bohardilla y sin los códigos convencionales de la decoración infantil, este cuarto es un remanso capaz de albergar las fantasías de Beltrán, de dos años, y a pequeños habitantes del bosque.

Cuartos de chicos. Un altillo convertido en el lugar perfecto para jugar y soñar

En la intimidad de una bohardilla y sin los códigos convencionales de la decoración infantil, este cuarto es un remanso capaz de albergar las fantasías de Beltrán, de dos años, y a pequeños habitantes del bosque.Javier Picerno
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