Edinson Cavani - Miguel Merentiel, el doble 9 de Boca: una historia de amistad dentro y fuera de la cancha

CÓRDOBA (enviado especial). Goles son amores y Boca encontró en sus delanteros uruguayos a los protagonistas de una historia de amor inolvidable. Merentiel-Cavani. Cavani-Merentiel. Amigos afuera, socios adentro. Héroes de una clasificación memorable ante el rival de toda la vida. La Bestia metió el primero y el tercero. El Matador, el que arriba al Xeneize en un momento clave del partido. Fue la tarde perfecta de los charrúas. Contra River Plate, el Río de la Plata fue todo azul y amarillo.

Cosas del fútbol, antes de ponerse la camiseta de Boca Miguel Merentiel captó la atención de Juan Román Riquelme en un partido contra River. Fue el 5 de diciembre de 2021, la noche en que el Millonario cayó 3 a 2 en el Monumental ante el Defensa y Justicia de la Bestia, que ese día marcó el segundo gol. River despedía en su cancha a un ídolo como Leonardo Ponzio (hoy secretario técnico del club), pero todas las miradas se fueron con Merentiel. “Juega el 9, ¿no?”, preguntó Román, en el living de su casa, mientras observaba el partido por televisión. El arquero era Franco Armani. Y su marca, Paulo Díaz. Un año después, Merentiel fue refuerzo de Boca. En 2023, fue goleador. Y en 2024 les convirtió sus primeros dos goles a River con la camiseta del Xeneize.

Merentiel llevaba, hasta este domingo, 23 goles en 66 partidos. Sus víctimas favoritas eran Racing, Estudiantes, San Lorenzo y Sarmiento, con dos goles a cada uno. Pero cargaba con una cruz: no había podido contra River. En mayo de 2023, Boca cayó 1 a 0 contra River con gol de Miguel Borja a los 44′ del segundo tiempo, tras aquel polémico penal de Sandez contra Pablo Solari. Merentiel, que había entrado por Luis Vázquez, era el único 9 que quedaba en cancha. Pero el carácter le jugó una mala pasada y vio la roja en el final, en un tumulto con Nacho Fernández. Y en el 1 a 1 de febrero fue, junto a Cavani, de los más flojito del equipo de Martínez.

La tercera fue la vencida para Merentiel, que puso a Boca en partido en la última del primer tiempo (desborde de Advíncula, centro atrás y gol del charrúa) y amplió a los 22′ del segundo tiempo, tras capturar un rebote en el área. El exDefensa y Godoy Cruz, que a principios de marzo había perdido el puesto a manos de Luca Langoni, llevaba cuatro partidos sin marcar y apenas dos goles en sus últimos 11 encuentros. Pero, como buen goleador, apareció en el momento justo y en el lugar indicado. Con River, en una instancia decisiva, para meterse de lleno en el corazón del hincha de Boca.

Los goles de Cavani y Merentiel a River

“Estoy muy contento con el esfuerzo del equipo, emociona por toda la gente que vino. Siempre confiamos en lo que veníamos haciendo, y un poco se vio reflejado en la cancha. Estoy feliz por los goles, es importante por lo anímico y para lo colectivo también”, dijo la Bestia, y elogió a Cavani: “Desde que llegó pegamos una conexión buenísima, como con todos los compañeros, pero hay una conexión especial con él por ser uruguayos”. Cavani nació en Salto el 14 de febrero (sí, el Día de los Enamorados) de 1987. Merentiel, el 24 de febrero de 1996. Cuando Cavani debutó en Danubio, en 2006, Merentiel iba a cuarto grado. Cuando Edi jugó el Mundial 2010, Miguel comenzaba su etapa en las Inferiores de Peñarol. Cuando Cavani llegó a Boca, Merentiel cumplió el sueño de jugar junto a su ídolo.

“Fue un deseo que sentí desde adentro, tenía el deseo de venir a jugar en este club y jugar con nuestra gente y la del otro equipo (por River, al que no nombró) tiene un sabor especial. El pueblo xeneize está feliz con su equipo”, dijo Cavani, que llegó a su noveno gol en los últimos nueve partidos, todos en triunfos de Boca.

Ovacionado desde la entrada en calor, Cavani también logró sacarse la mufa con el Millonario. En su primer clásico, que terminó 2-0 a favor de River, le anularon un golazo de tijera por un offside milimétrico. Y en el 1-1 en Núñez sufrió el hostigamiento de los hinchas locales y la falta de idea de su equipo: no entró en juego y salió sobre el final. Además de goleador de Boca en el año, Cavani es especialista en convertir en los clásicos. Salvo en Danubio (ante Defensor) y Manchester United (al City), el Matador anotó goles en todos los otros derbis que jugó: uno contra Palermo con Catania, tres a Juventus con el Napoli, cuatro al Olympique con el PSG y uno a Villarreal con los colores del Valencia.

“Sufrimos por momentos, no encontrábamos la pelota en el primer tiempo, pero nadie tiró la toalla. Nos mirábamos a los ojos y sabíamos que lo podíamos dar vuelta. Lo empatamos en el momento clave y lo ganamos jugando al fútbol”, subrayó el 10, el nuevo favorito de la hinchada. Cavani jugó un segundo tiempo de altísima calidad. Falló una chance clara tras centro de Zenón, pero se redimió con un cabezazo certero tras otro gran envío del exUnión. Además, participó de la acción del tercer gol. Amagó ante Paulo Díaz, quiso picarla ante la salida de Armani y el rebote le cayó a Merentiel, que definió con el arco libre.

“¡U-ru-guayos! ¡U-ru-guayos!”, los despidieron los 25.000 hinchas de Boca que coparon la popular Artime y la platea Willington. Una conversión al plural del mítico cantito que la hinchada xeneize supo dedicarles a jugadores como Sergio Manteca Martínez (cuatro goles a River entre 1992 y 1997), Gabriel Cedrés (amargó al Millonario en 1996 y 1997) y el Polillita Da Silva (otro que llegó a Boca desde River y le convirtió en 1995).

Así lo ganó el Xeneize. Con Cavani. Con Merentiel. Con el corazón. A lo Bestia. A lo Boca.

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